Para la masa:
250 g de harina de trigo
60 g de cacao en polvo puro
1 cucharadita de bicarbonato
½ cucharadita de sal
200 g de azúcar
120 g de mantequilla
1 huevo
1 cucharadita de extracto de vainilla
250 ml de leche
Para el relleno
500 g de yogur griego
250 g mascarpone
2 cucharadas de azúcar glas
Preparación:
Calentar el horno a 180 grados y poner papel sulfurizado en una bandeja de horno.
Mezclar la harina, el cacao en polvo, el bicarbonato de sodio y la sal. Reservar.
En una amasadora, batir la mantequilla y el azúcar hasta que se integre todo bien. Agregar el huevo y la vainilla. Batir hasta que quede una masa homogénea y suave. Añadir la leche poco a poco. (Se puede cortar, pero cuando se añadan los ingredientes secos, volverá a juntarse todo).
Incorporar lentamente los ingredientes secos. Mezclar hasta que esté integrado.
Meter la mezcla en una manga pastelera y poner porciones de masa en la bandeja con papel dejando cierta separación entre ellas. Mejor que sobre que que falte porque al hornearse van a duplicar su tamaño. Hornear a 180º durante 10-12 minutos o hasta que al insertar un palillo en el centro salga limpio.
Para relleno:
Poner el yogur sobre un filtro de café, colocar sobre un colador y poner debajo un bol para que recoja el suero que filtre. Tapar con otro filtro y pon sobre el una tapa para que presione ligeramente. reposar durante 24h.
Mezclar el yogur con el queso mascarpone y el azúcar glas, hasta que quede homogéneo.
Rellenar los pastelitos cuando ya estén fríos y espolvorea con azúcar glas.