Ingredientes:
1 litro de caldo de pollo
400 g de arroz carnaroli o arborio (es una variedad de arroz italiana
de grano corto, también podéis usar alguna variedad de grano redondo)
300 g de setas
1 cebolla
2 dientes de ajo
1 vasito de vino blanco
75 g de queso parmesano rallado
Sal y pimienta
70 g de mantequilla
Nata líquida o crema de leche (opcional)
Preparación:
En una
sartén o cazuela ponemos la cebolla picadita y el ajo y dejamos que se rehogue
con un poco de mantequilla. Incorporamos también las setas troceadas y
sazonamos (si vais a utilizar funghi porcini secos tendréis que hidratarlos
previamente en agua caliente). Dejamos que se cocinen hasta que suelten todo el
agua.
Con el
fuego suave echamos el arroz y removemos. Incorporamos el vasito de vino blanco
y un cucharón de caldo de pollo caliente que habremos preparado previamente,
removiendo hasta que se evapore, unos 5 minutos.
Una vez
evaporado el primer líquido incorporamos un nuevo cucharón de caldo de pollo al
arroz y seguimos removiendo lentamente con una cuchara de madera. Continuamos
repitiendo el proceso hasta que el arroz esté en su punto (dependerá de la
clase de arroz que hayáis utilizado, pero habitualmente serán 25-30 minutos).
Debéis conseguir una textura cremosa pero no excesivamente blanda. El secreto
es que el arroz suelte todo el almidón para conseguir esa textura tan cremosa y
característica del risotto italiano.
Cuando
consideréis que está en su punto mezclamos con el queso parmesano rallado, un
poco de mantequilla y removemos bien. Si queréis al final podéis echar un
chorrito de nata líquida o crema de leche que lo hará aún más cremoso.