TOCINO DE CIELO



Una de las ciudades que reivindica la invención del tocinillo de cielo es la andaluza Jerez de la Frontera, patria de vinos conocidos y apreciados en todo el mundo. 
En toda elaboración de vino hay una operación llamada clarificación, antiguamente solía hacerse echando en el vino clara de huevo, que arrastraba esas sustancias indeseables. 
Como es lógico, las bodegas jerezanas usaban cantidades ingentes de claras de huevo para este fin.
Pero los huevos no sólo tienen clara; tienen la buena costumbre de acompañarla con la yema. 
Yemas que regalaban a un convento de monjas,  y  serían estas hermanas las que "inventaron", con yemas y azúcar, el tocinillo de cielo, cuya fama, pronto atravesó las paredes del convento.
Así que a lo de "tocino" -quizá por el aspecto o la textura- se le añadió el "de cielo", tal vez por ese origen conventual de la golosina.

Ingredientes:
13 yemas
2 huevos
½  l de agua
500 g de azúcar
corteza de limón
caramelo líquido

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Preparación:
1. Hervir el azúcar, el agua y la corteza de limón, durante 10 minutos, hasta que el almíbar empiece a espesar.

2. Deshacer los huevos y las yemas con una cuchara de palo.

3. Añadir a hilo el almíbar sobre los huevos sin dejar de mover.

4. Verter la mezcla en un molde caramelizado.

5. Hornear tapado y al baño maría, a temperatura fuerte durante 30 minutos (o hasta que cuaje).

6. Enfriar y desmoldar.